A medida que se acerca la Navidad, el frío comienza a asomarse por la calle, pero también en los hogares. Hay muchos modos para mantenernos a nosotros mismos calientes, ya sea abrigándonos dentro de casa o con mantas para paliar las bajas temperaturas, pero todas ellas son incómodas. Por eso, todos miran a la calefacción como la solución más eficaz, pero no la más barata.
Muchos se preguntan cuál es la temperatura idónea para mantener nuestro hogar o cuál es la forma más sencilla de ahorrar cuando los radiadores comienzan a funcionar. Una de las teorías más repetidas en redes sociales es que no hay que apagar los radiadores, sólo mantenerlos al mínimo durante todo el día para evitar gastar mucha energía cuando se produce una subida importante en el termómetro.
Sin embargo, los expertos no están muy de acuerdo con esta afirmación. Todos aseguran que lo mejor es apagar la calefacción, siempre y cuando no sea útil o no estemos en casa. No son las únicas recomendaciones que hacen. También explican que la temperatura idónea son 20-21ºC y que lo estrictamente necesario es encenderla mínimamente por la mañana al levantarse.
Consejos para mantener la temperatura estable en los hogares
La calefacción es el origen, pero otra de las claves es mantener el calor que proporcionan en el interior de nuestros hogares. Para ello hay ciertos trucos, nada complicados de realizar para toda la población y para los que no es necesaria una inversión económica importante. A continuación los detallamos:
Las ventanas y puertas suelen ser los puntos donde más se pierde calor, por lo que sellarlas es muy eficaz.
Aprovechar el calor natural del sol abriendo las cortinas durante el día.
Si el suelo está frío, colocar alfombras gruesas.
Ventilar de manera controlada, por períodos cortos, para renovar el aire sin enfriar demasiado la casa.
