Nueva York bajo el terror de los zombies
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Terror
A Nueva York llega un barco sin rumbo, cuando llega la policía descubren que en el interior del barco se alberga un zombie. A partir de ese momento la hija del dueño del barco, con la ayuda de un periodista, buscará a su padre que se encuentra en una isla plagada de zombies sedientos de carne... (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2007
49 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si digo que Zombi 2 (o Zombi Flesh Eaters, como la vi yo) es una de las películas más comerciales de Lucio Fulci muchos inmediatemente pensarán que también es una de las peores. Craso error. Esta secuela apócrifa del Dawn of the Dead de Romero es también una de las obras clave del italiano: porque lo inicia en el fantástico/gore propiamente dicho y porque supone el primer contacto con los zombis con que muchos relacionan su nombre. Es cine de explotación puro y duro, una italianada de la época a la que el autor de Aenigma supo imprimir un sello personal e incluso transgresor que la diferenció del grueso de impersonales exploits zombies que se hicieron en aquellos años.
El debate todavía sigue vigente: ¿Fulci era un visionario o un inepto con mucha potra? ¿Sus raros y radicales hallazgos estéticos son producto de un profundo conocimiento del medio o de la ignorancia más absoluta? No lo sé, el caso es que su feísmo expresivo tiene algo de revulsivo (y de repulsivo, por supuesto) que, sea consecuencia del azar o de una opción estética voluntaria y buscada, resulta tan personal como acertado. Esto se ve mejor en otras de sus obras mayores (El más allá, etc.), pero en Zombi 2 también está presente: hablo del inquietante vértigo terrorífico que nos inyecta el prólogo en plena vena, de la delirante pelea con el tiburón, de la putrefacción captada con extremo y alucinado detalle, etc.
Fulci pone a prueba nuestra mirada y se pone a prueba a sí mismo como creador de imágenes imposibles, probablemente de forma inconsciente e involuntaria. En su chapucero acabado formal rubrica unos muertos vivientes (blanquecinos, putrefactos... lo más muertos de todos los muertos vivientes) que convierte en marca de la casa, mientras el guión avanza con torpeza entre carnes y arquetipos (McCulloch repetiría en Holocausto Zombi: se ve que le van los platos fuertes). El resultado no es una obra maestra ni mucho menos, pero sí contiene los suficientes elementos de interés como para satisfacer al aficionado más exigente de este tipo de productos y actuar de pórtico o gruta de entrada a la filmografía de uno de los cineastas más polémicos y reivindicables que ha dado el cine italiano en toda su historia.
Lo mejor: unos mordiscos en la yugular para enmarcarlos y la mítica astilla en el ojo.
Lo peor: la falta de fluidez de la historia, algo que afecta a toda la obra de Fulci.
El debate todavía sigue vigente: ¿Fulci era un visionario o un inepto con mucha potra? ¿Sus raros y radicales hallazgos estéticos son producto de un profundo conocimiento del medio o de la ignorancia más absoluta? No lo sé, el caso es que su feísmo expresivo tiene algo de revulsivo (y de repulsivo, por supuesto) que, sea consecuencia del azar o de una opción estética voluntaria y buscada, resulta tan personal como acertado. Esto se ve mejor en otras de sus obras mayores (El más allá, etc.), pero en Zombi 2 también está presente: hablo del inquietante vértigo terrorífico que nos inyecta el prólogo en plena vena, de la delirante pelea con el tiburón, de la putrefacción captada con extremo y alucinado detalle, etc.
Fulci pone a prueba nuestra mirada y se pone a prueba a sí mismo como creador de imágenes imposibles, probablemente de forma inconsciente e involuntaria. En su chapucero acabado formal rubrica unos muertos vivientes (blanquecinos, putrefactos... lo más muertos de todos los muertos vivientes) que convierte en marca de la casa, mientras el guión avanza con torpeza entre carnes y arquetipos (McCulloch repetiría en Holocausto Zombi: se ve que le van los platos fuertes). El resultado no es una obra maestra ni mucho menos, pero sí contiene los suficientes elementos de interés como para satisfacer al aficionado más exigente de este tipo de productos y actuar de pórtico o gruta de entrada a la filmografía de uno de los cineastas más polémicos y reivindicables que ha dado el cine italiano en toda su historia.
Lo mejor: unos mordiscos en la yugular para enmarcarlos y la mítica astilla en el ojo.
Lo peor: la falta de fluidez de la historia, algo que afecta a toda la obra de Fulci.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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31 de diciembre de 2009
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Fulci, la verdad sea dicha, le conozco poco. Muy poco. De hecho, mi única referencia del italiano, hasta la fecha, era “The beyond”. Probablemente, su obra más redonda. Y aunque no voy a discutirle a nadie la incuestionable evidencia que “The beyond” atesora, efectivamente, muchas más virtudes (atmósfera, suspense, carga metafísica…) que “Nueva York bajo el terror de los zombies”, tampoco negaré que esta última me ha gustado tanto o más que su obra maestra. Quizás porque, sencillamente, la peli de zombies devoradores de carne humana respondió con creces a todas las expectativas (muy indulgentes, por cierto) que había depositado en ella.
Respondió a mis expectativas porque, obviamente, cuando se trata de cine cutre y casposillo, suelen ser escasas. Sobre todo cuando lo único que uno desea es algo de entretenimiento, acción y generosas dosis de sangre e higadillos. Aún así, mi sorpresa fue mayúscula cuando constaté que la peli de Fulci no se limitaba a dispensarme todo eso de forma torpe y chapucera, sino que lo hacía con un sentido artesanal absolutamente encomiable. Currándose la música, el maquillaje, los efectos especiales y consiguiendo, por si fuera poco, pasar a la historia del séptimo arte con alguna secuencia antológica como la de la astilla atravesando el globo ocular de Olga Karlatos. Impresionante.
Un merecidísimo 6, pues, para una de las mejores pelis de zombies que he visto en mi vida. Un truculento plato no apto para estómagos cinéfilos delicados que reivindica, en cualquier caso, el savoir faire de todos aquellos cineastas que -como Fulci- consiguieron, con mucho oficio, ofrecer un producto digno a un público demasiadas veces castigado por su propio frikismo.
Respondió a mis expectativas porque, obviamente, cuando se trata de cine cutre y casposillo, suelen ser escasas. Sobre todo cuando lo único que uno desea es algo de entretenimiento, acción y generosas dosis de sangre e higadillos. Aún así, mi sorpresa fue mayúscula cuando constaté que la peli de Fulci no se limitaba a dispensarme todo eso de forma torpe y chapucera, sino que lo hacía con un sentido artesanal absolutamente encomiable. Currándose la música, el maquillaje, los efectos especiales y consiguiendo, por si fuera poco, pasar a la historia del séptimo arte con alguna secuencia antológica como la de la astilla atravesando el globo ocular de Olga Karlatos. Impresionante.
Un merecidísimo 6, pues, para una de las mejores pelis de zombies que he visto en mi vida. Un truculento plato no apto para estómagos cinéfilos delicados que reivindica, en cualquier caso, el savoir faire de todos aquellos cineastas que -como Fulci- consiguieron, con mucho oficio, ofrecer un producto digno a un público demasiadas veces castigado por su propio frikismo.
7 de septiembre de 2011
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una de las mejores pelis de zombies de la historia. Un verdadero clásico del género y, en mi opinión, la mejor película de Lucio Fulci.
Su argumento es todo lo "sólido" que cabe esperar de un género en el que los muertos resucitan y se comen a la gente.... pero eso es lo que tienen las pelis de zombies ¿no?, y a todos nos siguen encantando...
Aunque son muchos los que critican la labor de dirección de Fulci en esta película, yo rompo una lanza a su favor y recomiendo encarecidamente ver la película en formato panorámico (widescreen). Sus encuadres son más que correctos, algunos tienen incluso cierta belleza pictórica, pese a quien le pese... otra cosa son las actuaciones, su ritmo (a veces un tanto lento al principio) o el propio guión en sí... ahí ya no entro...
Con todo, sus virtudes superan con creces sus defectos: tenemos zombies impresionantes, una atmósfera muy conseguida, buenos encuadres, erotismo al más puro estilo "giallo", una banda sonora de Fabio Frizzi antológica, espectaculares efectos de maquillaje y gore, mucho gore... ¿qué más se le puede pedir a una peli de zombies?
Es un título de culto. Imprescindible para fans del género.
Su argumento es todo lo "sólido" que cabe esperar de un género en el que los muertos resucitan y se comen a la gente.... pero eso es lo que tienen las pelis de zombies ¿no?, y a todos nos siguen encantando...
Aunque son muchos los que critican la labor de dirección de Fulci en esta película, yo rompo una lanza a su favor y recomiendo encarecidamente ver la película en formato panorámico (widescreen). Sus encuadres son más que correctos, algunos tienen incluso cierta belleza pictórica, pese a quien le pese... otra cosa son las actuaciones, su ritmo (a veces un tanto lento al principio) o el propio guión en sí... ahí ya no entro...
Con todo, sus virtudes superan con creces sus defectos: tenemos zombies impresionantes, una atmósfera muy conseguida, buenos encuadres, erotismo al más puro estilo "giallo", una banda sonora de Fabio Frizzi antológica, espectaculares efectos de maquillaje y gore, mucho gore... ¿qué más se le puede pedir a una peli de zombies?
Es un título de culto. Imprescindible para fans del género.
30 de junio de 2012
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas este emblemático film de Lucio Fulci, se ha convertido con el tiempo en mi película de temática zombie favorita. Debe su aparición a la explotación del éxito de la mítica "Zombie" de George A. Romero (secuela de "La noche de los muertos vivientes"), pero a mí la verdad es que (la de Fulci) me gusta más (que la de Romero, sin desmerecerla por supuesto). Me parece que "Nueva York bajo..." gana puntos ante la de Romero, en primer lugar en el hecho más que evidente de que los zombies están mejor hechos, los maquillajes son infinitamente mejores dando a los zombies un aspecto más aterrador y amenazante (Tom Savini se superaría en la tercera parte, "El día de los muertos", el mejor de la trilogía en mi opinión). Otro aspecto en el que me parece que gana a la de Romero, es que "Nueva York bajo..." es más amena y entretenida, la de Romero duraba más de 2 horas y eso hacía que decayese por momentos volviéndose algo aburridilla en ciertos momentos, eso no pasa con la de Fulci cuya hora y media se convierte en un festival de acción, tripas, sangre y sobre todo entretenimiento. Otro aspecto en el que gana la de Fulci es en la visceralidad y el gore, aunque la de Romero tenía mucha violencia los efectos han envejecido peor y resultan menos realistas hoy en día, en cambio en la de Fulci (hecha un año después) los maquillajes gore resultan increíbles incluso vistos hoy en día (más quisieran conseguir ese realismo los efectos digitales de hoy en día). Además el film de Fulci contiene una escena realmente increíble y es la protagonizada por un zombie y un tiburón, algo tan inaudito como impresionante y original. El film está muy bien dirigido, Fulci era un excelente director que sabía crear mal rollo de forma muy eficiente con atmósferas muy logradas. Por lo demás, como ya he dicho resulta un film muy entretenido, muy violento y sangriento, tiene mucha acción y un final sorpresa bastante increíble. A destacar como protagonista a la hermana de la emblemática Mia Farrow (protagonista de "La semilla del diablo" y mujer de Woody Allen), Tisa Farrow. En definitiva un film de terror muy bueno, un pequeño clásico que en mi opinión se merece tanto respeto a nivel de film de culto como el realizado por Romero un año antes...
27 de septiembre de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los filmes de Lucio Fulci suelen ser tremendamente irregulares aunque tiene singularidades dentro del género que los hace interesantes e incluso referenciales.
“Nueva York bajo el terror de los zombies” es puro cine exploitation con antecedentes romerianos pero no por ello es una copia. Todo al contrario. Ese ojo astillado es carne de fanzine, como es inédito combate de depredadores (del cine de terror en esa década) en el mar: Zombi vs. Tiburón, y finalmente la banda sonora de Fabio Frizzi.
¿Acaso el cine reciente de terror no nos ha llevado a los zombies a una isla? Miren el final del “Amanecer de los muertos” de Zack Snyder o “Survival of the Dead” del propio creador del género. Fulci, pese a sus innumerables defectos, ha conseguido cierto aire de director de culto cuyos filmes y sus interminables deficiencias sólo consiguen reforzar dicho concepto: ese final con los coches circulando y los zombis por el puente. ¿¡No había presupuesto para cortar la calle!?
“Nueva York bajo el terror de los zombies” es puro cine exploitation con antecedentes romerianos pero no por ello es una copia. Todo al contrario. Ese ojo astillado es carne de fanzine, como es inédito combate de depredadores (del cine de terror en esa década) en el mar: Zombi vs. Tiburón, y finalmente la banda sonora de Fabio Frizzi.
¿Acaso el cine reciente de terror no nos ha llevado a los zombies a una isla? Miren el final del “Amanecer de los muertos” de Zack Snyder o “Survival of the Dead” del propio creador del género. Fulci, pese a sus innumerables defectos, ha conseguido cierto aire de director de culto cuyos filmes y sus interminables deficiencias sólo consiguen reforzar dicho concepto: ese final con los coches circulando y los zombis por el puente. ¿¡No había presupuesto para cortar la calle!?
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