Recuerdo personal de David P. Cahill (19482023), historiador del Cuzco colonial tardío
Personal memories of David P. Cahill (1948-2023), historian of late
colonial Cuzco
luis miguel glave
El Colegio de América, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla
lmglave@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1452-7017
David P. Cahill (Foto: Blanca Tovías, ca. 2005)
D
avid Patrick Cahill nació el 29 de octubre de 1948 y falleció el 6 de
agosto del 2023. Desde el 2014 era Profesor Emérito de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), en Sídney. David se apasionó
por el estudio de la historia del Cuzco muy tempranamente, y obtuvo su
doctorado por la Universidad de Liverpool, en 1984, con una disertación
titulada Crown, Clergy, and Revolution in Bourbon Perú: The Diocese of
HIsTORICA XLVII.2 (2023): 210-222 / e-ISSN 2223-375X
https://doi.org/10.18800/historica.202302.007
glave David P. Cahill (1948-2023)
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Cuzco 1780-1814. Para entonces ya era un devoto «cuzqueñista». De su
vasta producción académica —salvo algunos estudios específicos, como
el que dedicó a una revuelta de Arequipa («Taxonomy of a Colonial
“Riot”. The Arequipa Disturbances of 1780», de 1990) y el que escribió
sobre los hospitales coloniales de Lima («Financing health care in the
Viceroyalty of Peru: The hospitals of Lima in the late colonial period»,
de 1995), u otros de perspectiva temporal más amplia, como su trabajo
sobre la etnicidad a partir de la información sobre tributo en el virreinato peruano («Colour by numbers: Racial and ethnic categories in the
Viceroyalty of Peru, 1532-1824», de 1994) y su ensayo sobre «la larga
conquista», donde analiza el comportamiento de las élites indígenas desde
una perspectiva de larga duración («The long conquest: Collaboration by
native Andean elites in the colonial system, 1532-1825», de 2001)— la
mayoría de sus publicaciones han estado dedicadas a la historia del Cuzco
y a los personajes que la tejieron, en particular en el magmático período
entre la rebelión de Túpac Amaru y la Independencia.
El pasado 28 de agosto de 2023, escribí en mis redes sociales una nota
triste en recuerdo de mi querido amigo David Cahill. La noche previa la
pasé en vela debido a la inquietud por la espera de una noticia acerca de
la publicación de un libro por el que tenía mucha expectativa. Durante
mi vigilia, escuché el timbre de un mensaje en mi móvil, lo que a veces
pasa por la diferencia horaria entre España y los Andes. Lo dejé para la
revisión de mi correspondencia que hago de rutina todas las mañanas
al abrir el ordenador. El mensaje no tenía que ver con libro alguno: era
de Blanca Tovías, que, desde Sídney con gran pesar, me daba cuenta del
fallecimiento de David acaecido dos días antes. Me dijo allí Blanca que el
mismo David le había encargado que me avisara cuando esto sucediera.
David no era un buen corresponsal. Aunque fuimos muy buenos amigos
a lo largo de muchos años, no contestaba regularmente a mis comunicaciones; y, sobre todo desde que radico en Sevilla, nuestros contactos se
habían vueltos bastante esporádicos, hasta su partida. Blanca me contó
que hacía mucho que David no veía ningún mensaje, pero que siempre
hablaba de mí y que me recordaba.
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Nos conocimos en el Cuzco, cuando yo vivía allí. Todavía puedo verlo
con su pinta de gringo cruzando a paso ágil y rápido unos portales de la
plaza de Armas como si paseara por la calle de algún pequeño pueblo de
su Australia natal. La última vez que nos encontramos fue en el 2012,
durante el Congreso Internacional de Americanistas (CIA) de Viena.
No suelo ir a esos macrocongresos. Solo he participado a dos: aquella y
en 1985, en Bogotá; y en ambas ocasiones, invitado por David, a quien,
de manera opuesta, le encantaban esas tradicionales reuniones masivas
de americanistas. Recuerdo que, en 1988, cuando viajé a Europa para
una estancia de investigación en Sevilla, David, que se estaba cruzando
conmigo para pasar otra larga temporada en el Perú, no solo me organizó
con gran entusiasmo una estadía en la Universidad de Bielefeld, en la
región de Renania del Norte-Westfalia, en Alemania, donde entonces
trabajaba, sino que quería que al final de la misma, en julio, participara en
el 46° CIA, en Ámsterdam. De hecho, en esos congresos, solía organizar
mesas de extraordinario interés, como lo fue también la que coordinó
en el CIA de Varsovia, en el año 2000, donde invitó a Donato Amado,
el destacado historiador cuzqueño que también nos dejó hace poco.
En efecto, David era un cuzqueñista de pura cepa y siempre terminaba
acercando el mundo del Cuzco adonde iba.
En 2002, pocos años luego de mi estancia en Sevilla, me invitó a Sídney
para un simposio. Fue el viaje más largo que he hecho en mi vida, pero
valió la pena. El evento resultó estupendo, como no podía ser de otra
manera al ser organizado por un estudioso brillante y entusiasta como
David. Para entonces, había constituido un equipo formidable con
Blanca Tovías. Juntos, en 2006, publicaron un libro con los trabajos
presentados y discutidos en la reunión de Sídney, con el acertado y cautivante título de New World, First Nations: Native People of Mesoamerica
and the Andes under Colonial Rule. De hecho, las Américas fueron tanto
el «Nuevo Mundo» como el escenario de la formación, entre la invasión
española y la Independencia, de las «primeras naciones». Luego, desarrollando la misma línea de interés, se volvió editor de la colección «First
Nations and the Colonial Encounter» de la Oxford University Press.
En 2011, en esa colección se publicó un libro pionero sobre los indios
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urbanos, City Indians in Spain’s American Empire: Urban Indigenous
Society in Colonial Mesoamerica and Andean South America, 1530-1810,
editado por D. Velasco Murillo, M. Lentz y M. R. Ochoa, al cual David
contribuyó con un ensayo titulado «Urban mosaic: Indigenous ethnicities
in colonial Cuzco».
Uno de los recuerdos más entrañables que guardo de David remonta
a ese 1988, en Bielefeld. Nos reímos una noche a carcajadas, como dos
niños, al posar, como charlando animadamente, para Carmen Parrón,
que quiso retratarnos. Carmen, murciana, historiadora y artista, estaba
acogida académicamente junto con Thomas Krüggeler en el mismo
departamento de la Universidad de Bielefeld en que trabajaba David.
Este había tenido una primera y larga etapa inglesa en la Universidad
de Liverpool, donde se formó como historiador y se doctoró, bajo la
dirección del insigne historiador John Fisher, con el cual luego siguió
colaborando por un tiempo; después, pasó unos años en Alemania, en
Bielefeld; y, finalmente, hizo retorno a su tierra natal, Australia, incorporándose a la Universidad de Nueva Gales del Sur. Pero, donde estuviera,
él estaba siempre muy cerca al Perú, porque este fue siempre su tierra
espiritual de elección.
Con David, compartimos muchos momentos juntos, en el Perú y
fuera del Perú: en el transcurso de investigaciones, en ocasión de eventos
académicos, o simplemente en amistosas y siempre muy gratas reuniones
convivales. Por eso digo que éramos amigos «habituales». Nos encontrábamos seguidamente en muchas partes. En Lima solía hospedarse en un
viejo y gran edificio en la avenida Tacna. Todavía en los años de 1980
podía ir a visitarlo o a acompañarlo a alguna parte con mi escarabajo
Volkswagen, que podía aparcar sin problemas allí donde encontraba
sitio. Otra época. No obstante, las últimas veces, David prefirió alojarse
en Barranco, en la casa de mi tía Bety Santivañez. David era un tipo
muy alto, rubio, con una gran melena, y solía vestir al estilo «mod», con
chaqueta tipo parka, una suerte de «terno» más casual y largos zapatos
de cuero siempre relucientes, así que ciertamente no pasaba inobservado
cuando paseaba por las calles de Lima como de Cuzco, ciudad esta
última donde transcurrió largas temporadas de investigación, llegando
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a ser parte integrante del paisaje social de la misma. Tenía una risotada
franca y espontánea cuando conversaba. Disfrutaba de la vida y de la
profesión que había escogido, y nunca dejó de investigar y publicar. Su
obra es admirable: no se puede entender plenamente el mundo andino
de fines del siglo XVIII e inicios del XIX sin sus trabajos.
De las cartas que David me mandó cuando no existía todavía el
correo electrónico, conservo solo dos, y también he podido recuperar
solo algunos mensajes de correo electrónico que nos intercambiamos
luego de que me establecí en Sevilla a fines del siglo pasado, cuando
nuestras comunicaciones tendieron a hacerse más pautadas. En los meses
precedentes, David había estado en Lima, alojado cerca de mi casa, en
Barranco, en el piso de la querida tía Bety. David encontraba entrañables
sus narraciones sobre sus antepasados incas. Ella lo admiraba por su don
de gentes, su viva conversación, su amabilidad y su simpatía: lo veía como
un caballero inglés, como un auténtico gentleman. En Sevilla, yo estaba
terminando la investigación para mi tesis de doctorado y en ese tiempo
tuvimos intereses e inquietudes científicas comunes más cercanas que
nunca. También por eso, creo, al poco tiempo me invitó a Sídney. De
los mensajes electrónicos que conservo, el más antiguo es uno de final
de enero de 2004. David me apuraba para que le entregue mi capítulo
para el libro New World, First Nations. Ya entonces se confesaba «flojo»
en su correspondencia y me pedía disculpas por el tiempo transcurrido
desde que le escribiera. Me comunicaba que hacía poco había estado en
los Estados Unidos, donde le habían otorgado un reconocimiento por
su artículo «The virgin and the Inca: An Incaic procession in the city of
Cuzco in 1692», publicado en Ethnohistory en 2002. Luego, pasaron
dos largos años y en enero de 2006 me escribió para felicitarme por el
nacimiento de mis mellizos, del que recién se había enterado. Estaba
preocupado por mi situación laboral en Sevilla y me anunciaba que
pronto saldría el libro producto de la reunión en Sídney. El libro por
fin salió, y en una edición impecable.
Pero pasaron otra vez los años y nos desconectamos. Fue a finales de
agosto de 2010 que me «encontró».
glave David P. Cahill (1948-2023)
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25-8-2010
Ya hace tiempo
Mi querido amigo Luis Miguel,
Te escribí ya hace tiempo, pero el mensaje rebotó. Felizmente, Blanca ha
podido ubicarte en el «hyperspace».
Primero, te escribo después de tanto tiempo para saludarte. Espero
que las cosas anden mejor allí, si bien el calor debe estar insoportable en
Sevilla, no en Lima donde te encuentras… supongo de paseo. Saludos a
tu mamá y a mi recordada tía Bety. Ojalá que todo vaya bien con ellas.
¿Como están María José y las fieras? ¿Qué novedades hay? Alguien me
dijo hace poco que ya te has integrado a la Olavide otra vez. ¿Verdad?
En mayo estuve en el Perú, después de años; claro, mayormente, en el Cuzco.
El archivo sigue siendo el mismo lío de siempre… ¡qué deprimente! Cuzco
lindo, clima lindo, pero San Blas ya es al 90% un barrio gringo. Hice un
poco de trabajo, pero lo más valioso fueron un par de caminatas con Donato
por las ceques de Antisuyu y al «hogar» de los Ayarmaca y Pumamarcas.
Sí, cuando vuelva al Cuzco voy a pasar mucho más tiempo en el campo.
¡Hay cosas!
También, en abril estuve en Inglaterra (Bristol) y con Tony McFarlane nos
hemos acordado de ti y los momentos en que hemos coincidido en Sevilla.
John Fisher y Brian Hamnett acudieron también (hubo un panel sobre la
independencia, ¡cómo no!).
El año pasado intenté conseguir fondos para empezar un proyecto que
eventualmente sería de mayor envergadura, con investigaciones planificadas
en Sevilla y en el Perú. Claro, te incluía en la parte tocante a los fondos
del AGI, pero lastimosamente sin ningún éxito. Voy a ponerlo de nuevo a
principios del año que viene. A ver: cada cosa tiene su temporada. Voy a
seguir con este nuevo proyecto (estoy terminando dos libros en el momento)
y en un momento habrá fondos. Tú conoces estas becas, sencillamente uno
tiene que meter los papeles una y otra vez. En todo caso, sería estupendo si
podríamos colaborar en un proyecto o publicación.
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Blanca ha terminado su libro sobre los indígenas de América de Norte y
va a empezar a retomar su estudio sobre Quimper. Ella tiene un puesto a
pleno tiempo en la Universidad de Sídney (nuestros rivales).
Quisiera pedirte un pequeño favor. Actualmente, un estudiante doctorando
mío va a ir a Sevilla para un año al AGI. Por motivos de tramites, necesita
un contacto formal con un investigador allí. No involucra carta formal ni
otro tipo de trámite, sino solo un punto de contacto. No es un jovencito,
sino un hombre hecho y deshecho, ha vivido y trabajado en Centroamérica
y ya habla el castellano, además ha ejercido la docencia en la historia latinoamericana. Sin embargo, sería bueno si tú mismo podrías charlar en un
momento con él sobre su tema de investigación, que versará sobre la defensa
imperial en Centroamérica y el Caribe. Se llama Steven Church, buena
gente. ¿Qué te parece?
En todo caso, sería lindo recibir personalmente noticias tuyas: Google
todavía guarda sus secretos.
Un fuerte abrazo,
David
Efectivamente, hacía mucho que no nos comunicábamos y lo último
que supe de él fue por Tony McFarlane, que me escribió acerca de un
evento en el que coincidirían. McFarlane, como Rory Miller y otros,
hacia parte de un grupo de valiosos americanistas formado por Fisher en
Liverpool. Le desmentí la noticia de que me había incorporado establemente en la Universidad Pablo de Olavide, donde, en realidad, daba solo
unas clases en el posgrado como docente contratado. Su alumno Steven
Church era tan simpático como David y pasó muchos años en Sevilla, a
donde regresaba una y otra vez. A través de él, recibí las últimas nuevas
de su profesor y director de tesis del que paulatinamente perdí el rastro.
De este mensaje, sin embargo, celebro poder volver a leer a mi amigo
su amor por el Cuzco. Había congeniado con Donato Amado, que
por entonces despegaba como un amauta en su tierra, aunque sufriera
desdenes a los que desgraciadamente deben enfrentarse quienes menos
los merecen. ¡Hay que imaginar a ese par trajinando el Cuzco histórico!
glave David P. Cahill (1948-2023)
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A David, los ayarmacas le fascinaban, había hecho estudios de simbología andina colonial y sabía bien la trayectoria de Pumacahua. ¿De qué
no habrán conversado esos dos recorriendo señeros senderos? De los
recuerdos que yo mismo guardo del Cuzco, entre los más entrañables,
están algunas caminatas con Donato en mi última visita.
Debe haber sido la vez que más rápido cruzamos correspondencia,
porque al poco de su mensaje le respondí, y el 6 de septiembre recibí
un nuevo correo electrónico suyo:
¡Hola!
Estupendo haberte ubicado. Gracias por el mensaje (Tony también manda
sus saludos).
Parece que estás haciendo muchas cosas. Lástima lo de la UPO, pero al menos
sigues un poco con la enseñanza de posgrado. ¿Realmente piensas volver a Lima
para trabajar? Estuve hace poco en Lima y no me animé a comunicarme con nadie.
Acabo de citar tu artículo sobre Muñecas en un artículo mío sobre Carrascón y
sus proyectos y la independencia que va a publicarse en el Hispanic American
Historical Review, o en diciembre o en marzo. Las cosas tuyas que van
apareciendo sobre la independencia son de sumo interés para mí. Déjame
saber cuándo tienes algo nuevo al respecto: siempre leo tus publicaciones.
Tenemos una revista que ya ha subido al nivel máximo desde que hemos
firmado un contrato con el «conglomerate» Taylor y Francis. Sería fantástico
incluir un artículo tuyo. Todos los artículos son arbitrados por «referees»
anónimos, ya sabes el sistema de «peer review» anónimo. Además, JILAR
publica artículos tanto en castellano y portugués como en inglés. ¿Qué te
parece?
Sería interesante saber tus impresiones de Lima actual. Estuve sorprendido
por la afluencia (relativa) comparada con mi última visita de hace algunos
años. Claro, no todos aprovechan, pero aun así… en el Cuzco, la gente acude
a los casinos atraídos por el trago y comidas gratis.
En cuanto a mi amigo, con tu anuencia, le daré el número de tu móvil.
Abrazo,
David
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El artículo «New viceroyalty, new nation, new empire: A transnational
imaginary for Peruvian independence» sobre el cura Carrascón proviene
de la reunión de Bristol que me comentó en su carta anterior y apareció
en Hispanic American Historical Review al año siguiente. A David le
interesaban los personajes que, como el zaragozano Carrascón, tejieron
la historia del Cuzco. Los planteamientos quiméricos para el futuro de
la región del religioso revolucionario los encajó en una fina interpretación sobre la situación del virreinato en la era previa a la independencia.
Por eso le había gustado mi estudio de un compañero de andanzas de
Carrascón, otro cura, un tucumano de origen vasco, Ildefonso Escolástico
de las Muñecas. Pero de ese mensaje, que he recuperado milagrosamente,
me resuena ahora su afirmación de que, estando en Lima, «no me animé
a comunicarme con nadie». Posiblemente lo habían dejado desconcertado
y desorientado los fuertes cambios que estaba viviendo la capital del país,
en una época de desordenado y tumultuoso crecimiento económico. Y
del propio Cuzco a David le llamó la atención la gran proliferación de
los casinos.
Así como fue asiduo participante en congresos y reuniones académicas, David tuvo una producción científica relevante, por calidad y
cantidad. Esta breve nota no pretende recopilar toda o parte de ella. He
mencionado solo algunos títulos que de algún modo se entrecruzan con
los recuerdos personales de nuestra entrañable amistad y frecuentación.
Deseo terminar precisando dos nociones que han circulado a raíz de su
partida. No es cierto que publicó solo artículos. A los libros New World
First Nations y Elites indígenas en los Andes: Nobles, caciques y cabildantes
bajo el yugo colonial (2003), que editó con B. Tovías, y De la etnohistoria
a la historia en los Andes, editado con John Fisher y la colaboración de
B. Tobías (2008) y producto de un simposio organizado en el marco
del 51° Congreso Internacional de Americanistas, Santiago 2003, hay
que añadir una obra escrita conjuntamente con Peter Bradley, Habsburg
Peru. Images, Imagination and Memory (2000) y la fundamental compilación temática de ensayos sobre el periodo y el proceso histórico a los
que dedicó más investigaciones y esfuerzos, From Rebellion to Independence in the Andes. Soundings from Southern Perú, 1750-1830 (2002).
glave David P. Cahill (1948-2023)
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Tampoco es cierto que publicara prioritariamente en inglés. Su estudio
paradigmático acerca de las pretensiones de Túpac Amaru al marquesado
de Oropesa, que se basa en la documentación de la familia Betancur
y que fue compilada por el afanoso yerno del pretendido inca Diego
Felipe, José Vicente García, otro personaje cuzqueño que fascinaba a
David, apareció primero en castellano, con el título «Primus inter pares.
La búsqueda del Marquesado de Oropesa camino a la Gran Rebelión
(1741-1780)», en la Revista Andina en 2003, y solo luego en inglés en el
Jahrbuch Für Geschichte Lateinamerikas en 2004. Y su perspicaz estudio
sobre la etnicidad que ya mencionamos, aparecido en inglés en Journal of
Latin american Studies en 1994, también lo publicó en castellano con el
título de «Colores cifrados: Categorías raciales y étnicas en el virreinato
peruano, 1532-1824» en una revista independiente de los estudiantes
de San Marcos, Nueva Síntesis, en 2001.
Dada nuestra cercanía, en uno de nuestros encuentros, me entregó
un manuscrito titulado Violencia, represión y rebelión en el sur andino: la
sublevación de Tupac Amaru y sus consecuencias, que presenté al Instituto
de Estudios Peruanos y que fue publicado en su serie «Documentos de
Trabajo», en 1999. El texto, me consta, circuló profusamente antes de
ser publicado en inglés en su libro sobre rebelión e independencia de
Ámsterdam en 2002. En ese estudio, además, David dejaba claramente
entrever cuanto se sentía involucrado con la problemática de la violencia
política que se había vivido en el Perú en las últimas décadas del siglo
pasado y la comprensión de sus raíces lejanas. Y para constancia de su
devoción cuzqueñista, cuando el entonces Archivo Departamental del
Cuzco publicaba todavía un modesto Boletín, él contribuyó al número
2, de 1986, con el artículo «Etnología e historia: Los danzantes rituales
del Cuzco a fines de la colonia». Y tampoco estuvo ausente cuando, luego
de veintinueve años de haberse cesado la publicación de la Revista del
Archivo Histórico del Cuzco, se retomó su publicación como Revista del
Archivo Departamental del Cusco en 1999. Allí estuvo emblemáticamente
la pluma de David con el texto «Caciques y tributos en el sur peruano
después de la rebelión de Túpac Amaru (1780-1830)». Y también publicó
dos importantes estudios en las páginas de esta misma revista: «Una visión
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HIsTORICA XLVII.2 2023 / e-ISSN 2223-375X
andina: El levantamiento de Ocongate de 1815», en 1988, y «Nobleza,
identidad y rebelión: los incas nobles del Cuzco frente a Túpac Amaru
(1778-1782)», en 2003.
Finalizo esta nota personal en recuerdo de David Cahill haciendo una
reflexión sobre algunos comentarios que he leído recientemente. Se ha
sugerido que David fue poco conocido o difundido en el Perú y que sus
aportes no han sido lo suficientemente apreciados para lo significativos
que son. No estoy completamente de acuerdo. Tengo la impresión de
que, en este mundo de frenéticas comunicaciones en el que vivimos,
a menudo se confunde «reconocido» con «famoso». Hay autores que,
por su asidua presencia en las reuniones y los medios, o por los mismos
temas tratados, son famosos. Pero sus obras distan mucho de merecer, y
finalmente tener, el reconocimiento que el trabajo de David tiene. Los
cientos de citas de sus publicaciones, en tesis, artículos, libros y comentarios, dan fe de su enorme valor y prestigio como estudioso y de lo
mucho que ha aportado para que otros sigan múltiples caminos a partir
del suyo. Lo recuerdo cuando íbamos camino a Bogotá en 1985, mientras
me decía irónicamente: «hay que poner tu nombre con luces de neón».
En realidad, se divertía con los oropeles de la academia solo porque
los simposios eran para él, oriundo de la lejana Australia, ocasiones
privilegiadas para encontrar a colegas/amigos con los mismos intereses
históricos, intercambiar con ellos ideas e informaciones, compartir
momentos de compañerismo, y echar las bases para obras colectivas,
plenamente consciente de que lo esencial es publicar.
Hasta pronto y hasta siempre compañero.
Cahill, David
1984. Crown, Clergy, and Revolution in Bourbon Perú: The Diocese of Cuzco 17801814. Tesis de doctorado en Historia. Liverpool: Universidad de Liverpool.
1986. «Etnología e historia: Los danzantes rituales del Cuzco a fines de la colonia».
Boletín del Archivo Departamental del Cuzco 2: 48-54.
1988. «Una visión andina: El levantamiento de Ocongate de 1815». Histórica 12
(2): 133-159. https://doi.org/10.18800/historica.198802.002
glave David P. Cahill (1948-2023)
221
1990. «Taxonomy of a Colonial “Riot”. The Arequipa Disturbances of 1780». En
John Fisher (ed.), Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru.
Baton Rouge: Louisiana State University Press, 255-291.
1991. Violencia, represión y rebelión en el sur andino: La sublevación de Tupac Amaru
y sus consecuencias. Documentos de Trabajo Nº 105, Serie Historia Nº 17. Lima:
Instituto de Estudios Peruanos.
1994. «Colour by numbers: Racial and ethnic categories in the Viceroyalty of Peru,
1532-1824». Journal of Latin American Studies 26 (2): 327-332 https://doi.
org/10.1017/s0022216x00016242
1995. «Financing health care in the Viceroyalty of Peru: The hospitals of Lima
in the late colonial period». The Americas 52 (2): 123-154. https://doi.
org/10.2307/1008259
1999. «Caciques y tributos en el sur peruano después de la rebelión de Túpac Amaru
(1780-1830)». Revista del Archivo Departamental del Cusco 14: 111-128.
2001a. «Colores cifrados: categorías raciales y étnicas en el virreinato peruano,
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2002a. From Rebellion to Independence in the Andes. Soundings from Southern Perú,
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2002b. «The virgin and the Inca: An Incaic procession in the city of Cuzco in 1692».
Ethnohistory 49 (3): 611–649. https://doi.org/10.1215/00141801-49-3-611
2003a. «Nobleza, identidad y rebelión: Los incas nobles del Cuzco frente a Túpac
Amaru (1778-1782)». Histórica 27 (1): 9-49. https://doi.org/10.18800/
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2003b. «Primus inter pares. La búsqueda del Marquesado de Oropesa camino a la
Gran Rebelión (1741-1780)». Revista Andina, 37: 9-52.
2004. «First among Incas: The Marquesado de Oropesa Litigation (1741-1780)
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2011a. «New viceroyalty, new nation, new empire: A transnational imaginary for
Peruvian independence». Hispanic American Historical Review 91 (2): 203-235.
https://doi.org/10.1215/00182168-1165199
2011b. «Urban mosaic: Indigenous ethnicities in colonial Cuzco». En Dana Velasco,
Mark Lentz y Margarita R. Ochoa (eds.), City Indians in Spain’s American Empire:
Urban Indigenous Society in Colonial Mesoamerica and Andean South America,
1530-1810. Liverpool: Liverpool University Press, 325-346.
222
HIsTORICA XLVII.2 2023 / e-ISSN 2223-375X
Cahill, David, y Peter Bradley
2000. Habsburg Peru: Images, Imagination and Memory. Liverpool: Liverpool
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2003. Elites indígenas en los Andes: Nobles, caciques y cabildantes bajo el yugo colonial.
Quito: Abya-Yala.
Cahill, David, y Blanca Tovías (eds.)
2006. New World, First Nations: Native People of Mesoamerica and the Andes under
Colonial Rule. Liverpool: Liverpool University Press.
Fisher, John, y David Cahill (eds.), con la colaboración de Blanca Tovías
2008. De la etnohistoria a la historia en los Andes. Quito: Abya-Yala.