La Xunta reclama fondos para paliar un sobrecoste de 500 millones en servicios
Los presidentes de Galicia y Castilla y León exigen al Estado «solidaridad» frente a los «desajustes» entre territorios
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Galicia y Castilla y León han unido sus voces para reclamar una financiación estatal más «solidaria» con aquellos territorios en los que la prestación de servicios «cuesta más» debido a las circunstancias que afectan a su población. Es, como ha expuesto este martes el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el caso de la Comunidad gallega, que hace frente a serios retos de «dispersión poblacional y envejecimiento»; concretamente, cifró en «500 millones de euros» el sobrecoste que supone para la Comunidad asegurar que en su marco se administran servicios básicos «respecto a otros territorios donde no se dan» estos escenarios.
Tanto Rueda como su homólogo castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, se han pronunciado en esta línea el martes, en un encuentro que mantuvieron en el Castillo de los Templarios, en Ponferrada, con motivo del Foro Ancares: Los retos del Noroeste. Allí, el presidente gallego ha considerado «legítimo» que las comunidades que sostienen más habitantes reclamen una mayor financiación, pero ha subrayado que hay otros criterios, más allá de las cifras del censo, que deberían afectar a esa distribución. En concreto, aquellos que complican la prestación de servicios básicos, que los fondos deberían asegurarse de cubrir.
«Nosotros también tenemos nuestras circunstancias que hacen que necesitemos más financiación. No es lo mismo atender a una persona de 70 u 80 años que atender a una persona joven: es menos demanda de servicios sanitarios, menos demanda de derechos pasivos. Nuestro cálculo es que la dispersión poblacional y el envejecimiento de nuestra población suponen, respecto a otros territorios donde no se dan esas circunstancias, un coste añadido de 500 millones de euros para la prestación de servicios básicos de obligatorio cumplimiento«, ha reivindicado el presidente gallego.
Por eso mismo, entiende que es «peligrosa», por parte del Estado, la «tendencia» a «dar a entender» que una financiación fijada en base a criterios generales se ajusta a lo que puedan necesitar los territorios. «Habrá que ver el coste efectivo de prestar servicios», ha contrapuesto Rueda, «y prestarlos con una calidad igual en toda España». Como principio para hallar una solución, ha apelado al diálogo con el Gobierno para fijar un «nuevo modelo de financiación» de forma «urgente, cuanto antes», partiendo de que unas y otras partes deberán «renunciar a algunas cosas para salir ganando todos», descartando siembre las «bilateralidades» y apostando por un sistema de «solidaridad básica», incluso cuando pueda costar «más dinero».
Precisamente, Rueda hiló esta cuestión con la de posibles conversaciones a puertas cerradas con el Gobierno, en referencia explícita a la Administración catalana: «Negociar cosas bilateralmente es en detrimento del resto de comunidades autónomas; es algo que no podemos tolerar y que nos perjudica muy gravemente. Ese sistema de concierto que se está hablando con Cataluña a Galicia le supondría dejar de percibir, no en un nuevo marco, sino respecto a lo que tenemos ahora, 600 millones de euros«, situación que el territorio gallego «no puede permitirse», apostilló.
Al terminar, Alfonso Rueda ha presentado otro punto de vista: «Si Baleares y Madrid, las otras dos comunidades aportantes netas, pidieran lo mismo», algo que «afortunadamente, ni han pedido ni piden porque entienden el concepto de solidaridad global», el daño escalaría: supondría para Galicia una pérdida de «2.000 millones de euros» frente a la financiación prevista. «Esto sí que es grave, de esto hay que hablar y hay hacerlo cuanto antes, antes de que haya hechos consumados que no tengan vuelta atrás (...) Entrar en sistemas de cupos para nuestra financiación y la prestación de servicios es una absoluta locura que no podemos dejar ni que se plantee», manifestó.
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Reconstrucción del viaducto de Castro
Mañueco ha tomado el relevo a Rueda y consideró, en la misma línea, que es deber del Gobierno preocuparse por cubrir las necesidades de todos los territorios, a riesgo de conformar una «España hemipléjica» en la que el desarrollo se produce de forma desigual. Lo ha resumido en que «tener paciencia», por parte de las comunidades, «no quiere decir mirar para otro lado», y ha recordado que tienen inversiones demandadas a la Administración central en materia de infraestructuras, tal y como recogió Ep. En este sentido, el dirigente gallego ha mencionado la reconstrucción del viaducto de Castro (León) que une Galicia con la meseta, que sufrió un derrumbe el pasado domingo, encomendando al Gobierno a «tomársela en serio». «Tanto como si en vez de haberse caído el viaducto que comunica Galicia con Castilla y León, se hubiera caído el viaducto que une alguna comunidad autónoma que todos pueden tener en la cabeza», ironizó el líder de la Xunta.
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