El simbolismo fantástico de Odilon Redon

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Odilon Redon

Nació en Burdeos, Francia, el 20 de abril de 1840.
Está considerado un pintor postimpresionista, aunque es uno de los máximos exponentes del movimiento simbolista en Francia, y uno de los iniciadores del surrealismo pictórico.

Se formó como grabador, litógrafo y escultor.

En 1870 se unió al ejército al desencadenarse la guerra franco-prusiana.

Pasada la guerra, ya en París, trabajó casi exclusivamente dibujos a carboncillo y la litografía, durante largos años.

Su obra se mantuvo casi en el anonimato hasta que se publicó una novela de culto en 1884, «À rebours», de Joris-Karl Huysmans, en la que aparece un aristócrata decadente que coleccionaba dibujos de Redon.

Gran admirador de Edgar Allan Poe y  Charles Baudelaire, de quien ilustró varias publicaciones y de los científicos Armand Clavaud y Charles Darwin, de todos ellos recibiría una gran influencia en su pintura.

Fundó  en 1884, junto a otros artistas, el Salón de Artistas Independientes, que buscaba exponer libremente, sin el encosertamiento del Salón Oficial de París.

En un principio, la pintura de Redon manifestó una oposición al impresionismo, así como los impresionistas trabajaban en el experimento del color, Redon trabajó en una magnifica serie de dibujos y litografías, a la que él mismo llamaría «Los Negros».

«Toda mi originalidad consiste en dar vida, de una manera humana, a seres inverosímiles y hacerlos vivir según las leyes de lo verosímil, poniendo, dentro de lo posible, la lógica de lo visible al servicio de lo invisible.»

En su iconografía poética de lo corriente derivado en extravagante y místico se halla la clave tanto del entusiasmo suscitado por su trabajo en contemporáneos, como los Nabis, y su futura consideración como precursor del surrealismo.

Hasta 1890 su trabajo fue casi exclusivamente en blanco y negro, pero poco a poco, y rondando ya los cincuenta años, sus litografías se tornaron más luminosas, hasta alcanzar finalmente el color.

Es entonces cuando las litografías y dibujos al carbón fueron sustituidos por acuarelas y óleos.

Sus temas siguieron siendo los mismos: mitos clásicos, orientales, bíblicos, literarios y científicos adaptados a su particular y un tanto alucinada visión interior.

Pintó así mismo un buen número de retratos, naturalezas muertas, flores y paisajes postimpresionistas de una notable calidad.

Murió en París, el 6 de julio de 1916.

Su obra está representada en los más importantes museos franceses, europeos y en el resto del mundo, siendo sus cuadros altamente cotizados en las más importantes casas de subastas.

*Esta entrada fue publicada en este blog el 11 de marzo de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 20 de abril de 2024.