Datos y cifras
- La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae.
- Afecta principalmente a la piel y los nervios periféricos. Si no se trata, puede causar discapacidad progresiva y permanente.
- Las bacterias se transmiten por las gotículas expulsadas por la boca y la nariz cuando hay un contacto estrecho y frecuente con una persona infectada que no haya recibido tratamiento.
- La lepra se puede curar asociando varios fármacos en el tratamiento.
- Se han notificado casos de lepra en las seis regiones de la OMS. El grueso de los nuevos casos detectados anualmente se concentra en Asia Sudoriental.
Descripción general
La lepra es una enfermedad ancestral, descrita ya en textos de las civilizaciones de la antigüedad. Se trata de una enfermedad infecciosa crónica, causada por una bacteria llamada Mycobacterium leprae, que afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se puede curar y el tratamiento en las fases iniciales puede evitar la discapacidad. Además de las deformaciones físicas, los afectados sufren también estigmatización y discriminación.
Magnitud del problema
La lepra es una enfermedad tropical desatendida que sigue presente en más de 120 países, que en conjunto notifican más de 200 000 nuevos casos al año. Su eliminación como problema de salud pública (objetivo definido por una tasa de prevalencia inferior a 1 caso por cada 10 000 habitantes) se logró a escala mundial en 2000 (según reza la resolución WHA44.9 de la Asamblea Mundial de la Salud) y en la mayoría de los países en 2010. La disminución del número de nuevos casos ha sido gradual, tanto a nivel mundial como en cada una de las regiones de la OMS. Según los datos de 2019, el Brasil, la India e Indonesia notificaron más de 10 000 nuevos casos, mientras que otros 13 países (Bangladesh, Etiopía, Filipinas, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nepal, Nigeria, la República Democrática del Congo, la República Unida de Tanzanía, Somalia, Sri Lanka y Sudán del Sur) notificaron entre 1000 y 10 000 nuevos casos cada uno. Cuarenta y cinco países notificaron 0 casos y 99 notificaron menos de 1000 casos nuevos.
Transmisión
La lepra se transmite a través de las gotículas expulsadas por boca y nariz. Para contraerla hay que mantener durante meses un contacto estrecho y prolongado con una persona afectada que no reciba tratamiento. En cambio, no se propaga por los contactos ocasionales con una persona con lepra que tienen lugar, por ejemplo, al darle la mano o abrazarla, compartir comida o sentarse junto a ella. Además, el paciente deja de transmitir la enfermedad cuando comienza a recibir tratamiento.
Diagnóstico
El diagnóstico de lepra reposa en los signos clínicos. En los casos en los que sea difícil establecer un diagnóstico, quizá haya que recurrir a servicios de laboratorio.
Por lo general, la enfermedad se manifiesta por la presencia de lesiones cutáneas y la afectación de nervios periféricos. Se diagnostica cuando se observa al menos uno de los siguientes signos básicos: 1) pérdida definitiva de sensibilidad en una mancha o placa cutánea pálida (hipopigmentada) o rojiza; 2) hipertrofia o engrosamiento de un nervio periférico, con pérdida de sensibilidad y/o debilidad de la musculatura que inerva; 3) observación al microscopio de la presencia de bacilos en un frotis por raspado de incisión cutánea.
Atendiendo a estos signos, y a efectos del tratamiento, se clasifican los casos en los tipos paucibacilar y multibacilar.
Caso paucibacilar: caso con una a cinco lesiones cutáneas, sin presencia demostrada de bacilos en un frotis cutáneo.
Caso multibacilar: caso con más de cinco lesiones cutáneas; o con afectación nerviosa (neuritis pura o neuritis más cualquier número de lesiones cutáneas); o con presencia demostrada de bacilos en un frotis por raspado de incisión cutánea, independientemente del número de lesiones cutáneas.
Tratamiento
La lepra es una enfermedad curable. El esquema terapéutico actualmente recomendado reúne tres fármacos: dapsona, rifampicina y clofazimina, cuya administración combinada se conoce como tratamiento multimedicamentoso o politerapia. Su duración es de seis meses, en los casos paucibacilares, y de 12 meses en los multibacilares. La politerapia mata al patógeno y cura al paciente. Un pronto diagnóstico y tratamiento puede ayudar a prevenir discapacidades. La OMS ha venido facilitando esta politerapia de forma gratuita; al principio, lo sufragaba la Nippon Foundation, pero desde 2000 se dona gracias a un acuerdo con los laboratorios Novartis.
Prevención
Se ha comprobado que la detección y el tratamiento de los casos con politerapia, por sí solos, no bastan para interrumpir la transmisión. Para prevenir mejor la enfermedad, la OMS recomienda que, con el consentimiento del caso inicial, se rastreen sus contactos domésticos, vecinales y sociales y se les administre una dosis única de rifampicina como tratamiento quimioprofiláctico.
Respuesta de la OMS
La OMS presta apoyo técnico a los Estados Miembros en materia de prevención y control de la lepra. Cada año, reúne los datos epidemiológicos sobre esta enfermedad que le comunican todos sus Estados Miembros y publica, en el parte epidemiológico semanal (Weekly Epidemiological Record), un informe recapitulativo en francés e inglés con los datos correspondientes al año civil anterior facilitados por los países.
Tras un exhaustivo proceso de consultas con países, expertos, asociados y afectados por la lepra, la OMS publicó el documento Hacia cero lepra. Estrategia mundial contra la lepra (enfermedad de Hansen) 2021-2030, en consonancia con la Hoja de ruta para las enfermedades tropicales desatendidas 2021-2030. La expresión «cero lepra» significa cero infecciones y enfermedades, cero discapacidades y cero estigmatización y discriminación, y el objetivo de la Estrategia es eliminar la enfermedad, es decir, interrumpir su transmisión. Los cuatro pilares estratégicos de la Estrategia son: aplicar hojas de ruta integradas de cero lepra en todos los países con lepra endémica; ampliar la prevención de la lepra junto con la detección activa e integrada de casos; atender los casos y sus complicaciones y prevenir nuevas discapacidades; y combatir la estigmatización y garantizar el respeto de los derechos humanos. Además, se indica que es fundamental invertir a nivel mundial y nacional para hacer realidad la meta de lograr «cero lepra», y se establecen una serie de prioridades básicas para la investigación.
La OMS ha elaborado módulos de aprendizaje electrónico para ayudar a los trabajadores de la salud de todos los niveles a adquirir más conocimientos y competencias en temas relacionados con el diagnóstico y tratamiento de la lepra y con la atención de las discapacidades, material al que se puede acceder a través de la plataforma OpenWHO.