Armas de la ciudad de
Lugo
La Muy Noble y Leal Ciudad de Lugo, tiene por armas, en campo de azur, una torre donjonada de oro, aclarada y terrasada de gules, acostado de dos leones afrontados, de oro, rampantes contra la torre, y sumada de un cáliz de oro, sumado a su vez de hostia de plata, radiante de oro, y acostado de dos ángeles en adoración afrontados, de plata, sobre sendas nubes del mismo metal. Bordura de plata con la divisa: "HOC HIC MYSTERIUM FIDEI FIRMITER PROFITEMUR" en letras de sable. Al timbre, corona marquesal.
A juzgar por lo publicado por don Jaime Bugallal y Vela, en el tomo XIX de la Gran Enciclopedia Gallega, página 249; nos viene a señalar que el cáliz y la Sagrada Forma, nos están recordando el antiquísimo privilegio de la catedral lucense de la exposición permanente y pública del Santísimo Sacramento, tal y como se continua haciendo hoy día. Estas dos figuras, cáliz con hostia, aparecen solas en los antiguos escudos del cabildo lucense, como se puede observar en las labras que en su día campeaban en las fachadas de casas que eran propiedad del cabildo y que ahora se guardan en el Museo Provincial y el Diocesano, con la particularidad de que algunas de ellas, (dos que están en el Museo Diocesano) están timbradas por corona real. Aún en la actualidad queda en la rúa Nova una casa que tiene un blasón de este tipo y otra justo al lado de la puerta Falsa. Del referido escudo solamente se aprecia una parte, dado que está tapado en buena medida por un balcón que ha sido realizado posteriormente. También era utilizada esta divisa "como propio sello o marca".
A este antiguo símbolo eucarístico del cabildo lucense, los regidores de Lugo añadieron posteriormente, es posible que antes del siglo XVII, la torre y los leones, creando así el símbolo concejil, que es el actual escudo de la ciudad.
No se ponen de acuerdo los heraldistas y estudiosos de esta materia, acerca del significado de la torre y los leones. Para unos, la torre representa el antiguo castillo de Lugo; mientras para otros, es la famosa torre Augusta. No faltan voces que indican que dicha torre es una representación heráldica de la muralla, o incluso la inclusión de la antigua jurisdicción en el conjunto de las provincias del reino de Castilla, cuestión poco probable hablando en términos heráldicos.
Respecto a los leones, Bugallal y Vela menciona: "si el canónigo Pallares y Gayoso que escribía su Argos Divina en la segunda mitad del s. XVII- vio en ellos a los padres del Concilio que, con el valor de católicos leones se opusieron a los herejes sangrientos lobos", en la actualidad se prefiere reconocer en estos felinos el símbolo del valor manifestado por los habitantes de Lugo en los diferentes asedios que sufrió la ciudad a lo largo de la historia.
El mismo autor se aventura a dar significado a lo anterior mediante la hipótesis de que es muy probable que la torre donjonada y los dos leones fuesen incorporados al escudo del cabildo como recuerdo de un ilustre personaje medieval, cuyos restos mortales yacen en el panteón realizado con tal fin, situado en el costado del ábside menor de la Epístola de la iglesia conventual de san Francisco. Se trata del Duque de Arjona D. Pedro Tello de Don Fadrique, que fue nieto del rey D. Alfonso XI e hijo del Infante D. Fadrique, hermano éste del rey D. Pedro el Cruel. D. Pedro Tello, fue Conde de Trastámara, Lemos, Sarria y Viana do Bolo, señor de Villafranca y Ponferrada, Condestable de Castilla y pertiguero de Santiago de Compostela. Falleció el día dos de mayo del año 1300. Este panteón es un arcosolio decorado por arquería gótica, bien moldurada y bordeada por una faja de cuadrifolias en punto, cobija el sepulcro que exhibe en su tapa la figura yacente del caballero. El blasón de éste ilustre personaje tenía por armas un castillo y dos leones.
Los dos ángeles adoradores, que no figuran en las antiguas armas del cabildo, aparecen ya en el escudo lucense a finales del siglo XVII, a juzgar por la descripción que D. Mateo de Cisneros y Figueroa, regidor que fue de Santiago de Compostela, hizo en 1689 de las honras fúnebres celebradas en la catedral de esta ciudad por el eterno descanso de la reina Dª María Luisa de Borbón. La incorporación de los dos ángeles adoradores en el campo del escudo, de algún modo vino a llenar los espacios vacíos existentes a la diestra y siniestra del cáliz con la hostia. No obstante, su presencia en el escudo no ha sido continua, dado que en algunos sellos del concejo no aparecen, incluso en algunos del siglo XIX.
La divisa alusiva al Santísimo Sacramento, afirmando que "Aquí profesamos firmemente este misterio de fe" es una versión ligeramente modificada de la creada por el padre Oxea, hacía los albores del siglo XVII, y que se puede ver en el escudo de Galicia grabado en el valioso Atlas de Ortelio. Siguiendo una costumbre iniciada en el siglo XVIII con las armas del antiguo reino de Galicia, el Ayuntamiento de Lugo, desde principios del siglo XX coloca dicha divisa en una bordura.
Relativamente moderno es el timbrar dicho escudo con la corona marquesal; dado que al igual que la mayoría de los escudos municipales, el de Lugo también usaba la corona real. No obstante en consideración de los muchos y buenos servicios prestados a esta ciudad por linajudos miembros de la familia lucense de Prado, marqueses de San Martín de Ombreiro, regidores perpetuos y alféreces reales de la ciudad, el Ayuntamiento quiso dejar constancia pública de su reconocimiento timbrando las armas de la ciudad con la corona marquesal. El titulo nobiliario de San Martín de Marqués de Ombreiro, fue concedido en 18 de agosto de 1817, Real Despacho de 1 de diciembre, con Vizcondado previo de Parada, a D. José María de Prado y Neyra, regidor perpetuo de Lugo.
Según Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, Director del Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento y Vicepresidente de la Comisión de Heráldica de la Xunta de Galicia, el escudo de la ciudad de Lugo debe de timbrarse con Corona Real cerrada, dado que los timbres corresponden a la realidad y no tiene objeto retrotraerse a la corona marquesal que no le corresponde.
Así constituido, pero sin la divisa, el escudo de armas de la ciudad de Lugo tiene más de doscientos años de existencia, como lo viene a testimoniar el precioso blasón que daba la bienvenida a los que pasaban al interior del recinto amurallado. Me refiero al escudo que fue esculpido en 1781 y desde aquella fecha campea en la puerta de San Pedro, mencionada en los documentos del siglo XII como Porta Toletana y Porta Sanct I Pedtri.