Era cuestionado por sus vínculos al Caso Degollados.
Presiones y amenazas de muerte serían la causa de su salida.
El general (r) de Carabineros Iván Andrusco, designado por el Gobierno como director de Gendarmería, renunció este viernes a su cargo, motivado por presiones y amenazas de muerte que habría recibido.
Andrusco era fuertemente cuestionado por el mundo de los derechos humanos, por su vinculación al Caso Degollados, ya que Andrusco laboraba en la Dirección de Comunicación de Carabineros (Dicomcar), la unidad de inteligencia de la policía, al momento del secuestro y posterior degollamiento de los profesionales José Manuel Parada, Santiago Nattino y Manuel Guerrero, ocurrido en 1985.
El oficio de su salida ya está en la oficina del ministro de Justicia, Felipe Bulnes, quien en los próximos días deberá decidir junto al Presidente Sebastián Piñera quién será su reemplazante.
En un comunicado, el ahora ex director de Gendarmería atribuyó al odio de grupos minoritarios su vinculación con los caso de derechos humanos.
"Constato con mucho dolor que grupos minoritarios, utilizando la bandera de los derechos humanos, pretendan manipular su causa para perseguir a personas, cuyo único 'pecado' fue pertenecer, en grados y funciones subalternas, a instituciones de las Fuerzas Armadas y de Orden. Es tanto el odio que los impulsa, que recurren a acusaciones y culpabilizaciones sin pruebas que los respalden", señaló Andrusco.
Además en la nota el general (r) de Carabineros reiteró que "jamás he estado involucrado ni directa ni indirectamente en algún acto vinculado a violaciones a los derechos humanos, como se pretendió hacer creer. Niego categóricamente las imputaciones infundadas, injustas y crueles que se me han dirigido".
