Ficha de partido
Levante UD
1 - 0
Valencia CF
Equipos titulares
4
11
Sustituciones
Ninguno
Timeline del partido
Inicio del partido
0'
Descanso
45'
Juan Ramón Santiago
55'
Martínez Catalá
55'
Nieto
78'
Final del partido
90'
Estadio
Rival: Levante UD
Records vs Levante UD
Máximo goleador: Arturo Montes (26 goles)
Goleador rival: Martínez (12 goles)
Más partidos: Rino Costa (26 partidos)
Mayor victoria: 7 - 0 (17.01.1921)
Mayor derrota: 1 - 6 (20.10.1935)
Más repetido: 2-1 (15 veces)
Crónica
Ha terminado la tercera competición de la temporada, y el equipo del Levante triunfó ayer en la final del Torneo para la Copa, en el que ya fué el primer clasificado, y que se adjudica, merecidamente, la Copa del Presidente de la República.
Ganó el Levante. Y ganó bien. El score mínino (ganó por un tanto a cero) nada significa y desde luego, bien que aparentemente deje en el ánimo la impresión de que el encuentro se decidió a cara o cruz, no fué así. El Levante dominó, sino territorialmente, tácticamente, de manera clara. Fué un equipo, un equipo que luchó con un conglomerado de jugaores, buenos sin duda alguna, pero que estuvieron huérfanos de ese espíritu de solidaridad, de unión, de idoneidad que es la característica sin la cual los grandes equipos no pueden existir.
No iremos hasta afirmar que el Levante fuera, ayer, un gran equipo, pero sí que fué un equipo... y que el Valencia no llegó a tanto. Desde luego, el triunfo levantino no es discutible: fué la expresión de una superioridad que en repetidas ocasiones, hubo de manifestarse y que se tradujo en un tanto magnífico. Además, el Levante, en realidad, no hizo más que confirmar el título, ese título que ya la competición, por puntos, le había otorgado. No fué su dominio uno de esos dominios claros, por lo que a la materialidad del dominio puede entenderse, pero, si, claro en lo que, en cualquier momento, pudo pensarse acerca de sus posibilidades de triunfo. El Levante, por sus actuaciones pasadas, en la competición de Copa, y por su actuación de ayer, merece el título sin duda alguna. Lo tiene. Es de justicia.
Desde el primer momento se juega con ganas por ambos lados y el dominio anda alternado. Rubio hace algunas cosas de las que un día le dieron fama y poco más tarde, Doménech se encuentra con una ocasión que ni pintada, pero la falla. Unos momentos más tarde, Rubio inicia una buena jugada que da el balón a Nieto, éste lo cede a Martínez y el disparo de éste corto, potente y lleno de intención, sale fuera, pero Menal se luce señalando dos off-sides de los que se prestan a discusión, pero su oportunidad al señalar la jugada la evita y hace que se batan palmas en su honor, sin que nadie se dé por perjudicado.
A renglón seguido vemos sendos peligros para ambas metas, un remate de Rubio, que sale fuera, y un centro de Doménech, que Richart remata también a los dominios del goal-kick. Un free-kick, que tira Rubio, Nieto lo cede a Martínez y éste remata fuera desde un metro pero, en honor a la verdad, hay que decir que el remate era difícil a todo serlo. Una salida de Valero, que le quita el balón a Doménech, y llega el descanso.
Los comienzos del segundo tiempo son favorablee al Levante y vemos como un centro de Puig es rematado por Martínez de fuerte tiro, pero, para Antolín, haciéndose de nuevo Martínez con el cuero y mandando esta vez Antolín a córner que, tirado, es salvado por el propio meta valencianista. En un encontronazo entre Martínez y Juan Ramón el futbol se convierte en pugilato (la temperatura en el terreno es de muchos grados), y Menal, con gran autoridad y verdadero acierto, acuerda la expulsión de los dos.
De nuevo suenan palmas para el árbitro, cosa que se convendrá conmigo en que no tiene nada de vulgar. Goiburu pasa a la defensa del Valencia mientras el Levante queda con cuatro delanteros, lo que no es óbice para que un fallo del navarro provoque una situación de peligro complicada por una salida en falso de Antolín, pero Fraison tira fuera. Goiburu se luce en la defensa así como Olivares, que lo salva todo. Durante un gran rato el Levante presiona, tirándose varios corners que no traen resultado alguno, luego el Valencia presiona y un tiro de Vilanova es parado por Valero. Se sigue un momento de peligro para el Levante pero Olivares y Calpe lo resuelven todo y por fin, a los 33 minutos de juego, un centro preciso, justo, de Puig, es empalmado de bolea por Nieto, consiguiendo un tantode belleza única, tanto que decide el partido.
Ambos equipos siguen luchando con tesón y con ventaja manifiesta por parte de los ya presuntos vencedores, hasta que Menal toca el término de la contienda de la que habrá, quedado como recuerdo, además de su arbitraje, la magnífica actuación de Olivares y el bellísimo tanto que la decidió, obra de Nieto.
Ganó el Levante. Y ganó bien. El score mínino (ganó por un tanto a cero) nada significa y desde luego, bien que aparentemente deje en el ánimo la impresión de que el encuentro se decidió a cara o cruz, no fué así. El Levante dominó, sino territorialmente, tácticamente, de manera clara. Fué un equipo, un equipo que luchó con un conglomerado de jugaores, buenos sin duda alguna, pero que estuvieron huérfanos de ese espíritu de solidaridad, de unión, de idoneidad que es la característica sin la cual los grandes equipos no pueden existir.
No iremos hasta afirmar que el Levante fuera, ayer, un gran equipo, pero sí que fué un equipo... y que el Valencia no llegó a tanto. Desde luego, el triunfo levantino no es discutible: fué la expresión de una superioridad que en repetidas ocasiones, hubo de manifestarse y que se tradujo en un tanto magnífico. Además, el Levante, en realidad, no hizo más que confirmar el título, ese título que ya la competición, por puntos, le había otorgado. No fué su dominio uno de esos dominios claros, por lo que a la materialidad del dominio puede entenderse, pero, si, claro en lo que, en cualquier momento, pudo pensarse acerca de sus posibilidades de triunfo. El Levante, por sus actuaciones pasadas, en la competición de Copa, y por su actuación de ayer, merece el título sin duda alguna. Lo tiene. Es de justicia.
Desde el primer momento se juega con ganas por ambos lados y el dominio anda alternado. Rubio hace algunas cosas de las que un día le dieron fama y poco más tarde, Doménech se encuentra con una ocasión que ni pintada, pero la falla. Unos momentos más tarde, Rubio inicia una buena jugada que da el balón a Nieto, éste lo cede a Martínez y el disparo de éste corto, potente y lleno de intención, sale fuera, pero Menal se luce señalando dos off-sides de los que se prestan a discusión, pero su oportunidad al señalar la jugada la evita y hace que se batan palmas en su honor, sin que nadie se dé por perjudicado.
A renglón seguido vemos sendos peligros para ambas metas, un remate de Rubio, que sale fuera, y un centro de Doménech, que Richart remata también a los dominios del goal-kick. Un free-kick, que tira Rubio, Nieto lo cede a Martínez y éste remata fuera desde un metro pero, en honor a la verdad, hay que decir que el remate era difícil a todo serlo. Una salida de Valero, que le quita el balón a Doménech, y llega el descanso.
Los comienzos del segundo tiempo son favorablee al Levante y vemos como un centro de Puig es rematado por Martínez de fuerte tiro, pero, para Antolín, haciéndose de nuevo Martínez con el cuero y mandando esta vez Antolín a córner que, tirado, es salvado por el propio meta valencianista. En un encontronazo entre Martínez y Juan Ramón el futbol se convierte en pugilato (la temperatura en el terreno es de muchos grados), y Menal, con gran autoridad y verdadero acierto, acuerda la expulsión de los dos.
De nuevo suenan palmas para el árbitro, cosa que se convendrá conmigo en que no tiene nada de vulgar. Goiburu pasa a la defensa del Valencia mientras el Levante queda con cuatro delanteros, lo que no es óbice para que un fallo del navarro provoque una situación de peligro complicada por una salida en falso de Antolín, pero Fraison tira fuera. Goiburu se luce en la defensa así como Olivares, que lo salva todo. Durante un gran rato el Levante presiona, tirándose varios corners que no traen resultado alguno, luego el Valencia presiona y un tiro de Vilanova es parado por Valero. Se sigue un momento de peligro para el Levante pero Olivares y Calpe lo resuelven todo y por fin, a los 33 minutos de juego, un centro preciso, justo, de Puig, es empalmado de bolea por Nieto, consiguiendo un tantode belleza única, tanto que decide el partido.
Ambos equipos siguen luchando con tesón y con ventaja manifiesta por parte de los ya presuntos vencedores, hasta que Menal toca el término de la contienda de la que habrá, quedado como recuerdo, además de su arbitraje, la magnífica actuación de Olivares y el bellísimo tanto que la decidió, obra de Nieto.