«El Jardín Botánico de Castilla-La Mancha es un auténtico museo vivo»
Su director, Fernando Carreño, cuida 1.300 especies y 100.000 plantas desde hace 30 meses
Ubicado junto al Campus Universitario de Albacete y frente al Parque Científico y Tecnológico, en un área de expansión de la ciudad dedicada al mundo académico, medioambiental y deportivo, cercano al Parque de la Pulgosa y colindante con el Camino Verde, el Jardín Botánico de Castilla La Mancha abre sus puertas al visitante para mostrar ecosistemas regionales, paisajes agrícolas y humedales manchegos; colecciones de cultivos tradicionales, plantas medicinales, aromáticas, bulbosas, rosaleda experimental, ornamentales y un invernadero de exhibición con cactáceas, palmeras, helechos y una rica colección de especies canarias. En total, 1.300 especies y 100.000 plantas que desde hace 30 meses cuida con esmero, atención, cariño y mucho esfuerzo su director, Fernando Carreño.
-Para los que no conozcan el Jardín Botánico de Castilla La Mancha, ubicado en Albacete, ¿cómo definiría este entorno natural?
-Es un auténtico museo vivo; es un espectáculo de la naturaleza donde prioriza fundamentalmente el espíritu de conservación de aquellas especies que están en peligro de extinción. Junto a ello el deseo y la intención de ofrecer una muestra rica y variada de lo que constituye la flora de Castilla La Mancha. Aquí están representadas las cinco provincias y tenemos una formación botánica complementaria en el invernadero, a base de plantas tropicales o de carácter desértico que constituyen también una riqueza medioambiental muy interesante.
-¿Qué espacios o zonas diferenciadas se pueden encontrar en su superficie?
- Cada vez es más significativo la diferencia. Tenemos ecosistemas regionales, que es fondo prioritario de las cinco provincias. El paralelo 40; hay una rosaleda experimental; unas balconadas con plantas aromáticas y medicinales que tienen gran aceptación en la Universidad, y sobre todo en las facultades de Medicina y en los ciclos formativos de grado medio superior relacionados con la salud; tenemos los humedales manchegos, que es una representación de la riqueza de humedales que constituyen nuestra región, de las Tablas de Daimel y las Lagunas de Ruidera; hay un paseo de quercus; y luego la colección sistemática, una muestra cultural de diversas especies que sirven también como recepción inicial para aquél que tiene que visitar de forma rápida el jardín.
-Se refería a especies de peligro de extinción, ¿de cuáles estamos hablando?
- Fundamentalmente, son los sideritis serrata, que además es una planta que solamente se encuentran en el entorno de Tobarra y Hellín y han estado muy desprotegidas. El trabajo lo desarrolla el profesor José María Herranz, catedrático de Producción Vegetal de la UCLM, que colabora en el mantenimiento del banco de germoplasma. De ahí sale aquellas especies que para que el visitante las conozca, dentro de las etiquetas le ponemos un puntito rojo, lo que significa que cuando lee su descripción sabe que están dentro de la línea de planta que debe cuidar porque están en peligro de extinción.
-Y lo que se hace en el Jardín Botánico es cuidarlas, conservarlas, mantenerlas, para evitar su desaparición.
-Sí, efectivamente. Este jardín botánico, a diferencia de los diecisiete que existen en la Península Ibérica, tiene una filosofía de la naturaleza un poco distinta. No es espectacular, no busca la impresión de la gente, sino más bien su tarea es de conservación, lo cual lo hace más difícil porque en opinión de los expertos siempre ha sido un atrevimiento que en Castilla La mancha, con un clima casi desértico, tuviéramos una instalación de esta característica. Pero, es cierto que somos conscientes y se trabaja de manera muy exhaustiva para que salga adelante.
-¿Qué tipo de plantas autóctonas podemos encontrar?
-Pues tenemos de cada una de las provincias, porque la variedad de especies es muy intensa. Partimos de 500 especies en 2008 y ahora mismo tenemos unas 1.300. Cada vez vamos aportando mayor variedad de especies. De la parte del Alto Tajo, son de porte grande; de la provincia de Ciudad Real, más de monte bajo, en consonancia con cada una de estas provincias. Algunas de estas especies están en situación incipiente, están pegadas al terreno y tenemos una perspectiva de terreno muy interesante. Disponemos de 50.000 metros cuadrados de cultivo, con una densidad media de dos plantas por metro cuadrado, lo que arroja como tope entre 90.000 y 100.000 plantas, que son las que hay actualmente. Esto supone un esfuerzo adicional porque hay que desplazarse a estas zonas. La planta no procede de una producción industrial; no es una planta que se distribuya a través de circuitos de viveros. Tienes que ir allí, in situ, coger la simiente, la planta, traerla, limpiarla, prepararla, hacer la plantación y luego hacer el reciclado. Es un trabajo muy intenso, que hacen la cátedra de producción vegetal y el conservador, Alejandro Santiago, que con una perspectiva de tres o cuatro años hace que precisamente se convierta en realidad en el Jardín Botánico lo que hay en otras zonas de Castilla la Mancha.
-En concreto, ¿qué puede aportar el Jardín Botánico al visitante?
- La gente que viene y quiere hacer algún estudio, siempre encuentra algo nuevo. Son muchos los rincones que tiene el Jardín Botánico. Somos conscientes de ello y estamos contentos. Tenemos desde la opción del visitante de pie que tiene la curiosidad por el mundo vegetal, y puede ver ese contraste entre la riqueza vegetal de nuestra comunidad y la de otras zonas, Canarias o Hispanoamérica.
-¿Cuántos turistas y visitantes reciben al año?
-El turismo cada vez está más in crescendo. Son muchos los grupos que vienen de la parte de Levante; Andalucía, y sobre todo tiene un gran auge, el turismo ecológico. Hay gente que viene exclusivamente a ver nuestra Sierra de Alcaraz o del Segura y luego se pasan por el Jardín Botánico para verlo. Este turismo viene de Madrid y de Extremadura. Y, por supuesto, el fin didáctico. Son muchos los niños y niñas que viene al Jardín desde distintos colegios e institutos. Mantenemos una colaboración intensa con la Universidad de Castilla La Mancha y conciertos con los centros universitarios de Alicante, Elche, y la UNED. Estamos satisfechos del trabajo que se hace y del reconocimiento y cariño que expresa la ciudadanía de Albacete y del resto de los lugares que nos visitan. Sólo el pasado año recibimos la visita de 11.800 personas, lo que supuso un 170% de incremento de visitas en 2013. Este año, es más complicado incrementarlo porque hemos llegado al tope, pero esperamos a 12.500 personas en 2014.
-Actualmente, también está presente en las redes sociales, ¿qué supone para este entorno este hecho?
-Ha supuesto una satisfacción plena. Tenemos presencia en algunos puntos del mundo en que quizá no habíamos sospechado que pudiéramos estar y sobre todo que las sugerencias y las participaciones son muy interesantes. Tenemos un intercambio de plantas con otros jardines a nivel internacional y desde principios de año son muy importantes las demandas de peticiones de Europa América y Asia relacionadas con el banco de germoplasma.
-¿Cuándo llega a la dirección Fernando Carreño?
-Llevo treinta meses al frente de la dirección y ahora, a primeros de marzo, hemos podido decir que está plenamente desarrollado en infraestructuras y servicios y completamente desarrollado en cuanto a plantas. El 27 de octubre de 2010 se inauguró por la Administración anterior, pero inauguraron las paredes prácticamente puesto que quedaba más de la mitad de la superficie y la infraestructura sin desarrollar. Eso no fue óbice para que se hiciera con una pompa, boato y solemnidad fuera de sentido, con un gasto innecesario. Ahora, el equipo que lleva trabajando 30 meses desde la humildad, la sencillez, el pasito a pasito, del querer estar y saber hacerlo, lo hemos sacado adelante y estamos contentos de lo que ofrecemos a la gente en este momento.
-¿Y es mucho el trabajo que se realiza día a día para conservar el Jardín Botánico en óptimas condiciones?
-Sí el trabajo es intenso, el equipo de jardinería, compuesto por cinco personas, a media jornada, lo hacen con un cariño profundo, con gran responsabilidad hacia este Jardín Botánico. Y yo creo que viven por y para él. La tarea prioritaria, no ya solo del director científico, es del conservador, Alejandro Santiago, que yo creo que muchas noches no duerme pensando en él. En realidad, el equipo de jardín es pequeño pero de raza. Toda la gente, en Administración, Divulgación, Jardinería, forman una familia y sienten la satisfacción cada día y el trabajo bien hecho por el reconocimiento de todo el visitante.
-Y eso que también ha vivido épocas aciagas, como la que experimentó hace unos años con el tornado que atacó virulentamente al jardín. Eso para usted supuso un episodio muy triste.
-Sí, efectivamente, es que hemos tenido de todo. Tuvimos hace dos años una supercélula, que además no era muy habitual en Albacete. Fue un pequeño tornado que tuvimos la mala suerte por una lado y la fortuna por otro, de que su génesis se generara en la misma superficie del Jardín. Pero, tuvimos un gran apoyo. Casi 100 personas de manera voluntaria acudieron a apoyarnos y a sacar adelante el Jardín. Con el esfuerzo de todos, y el deseo de renacerlo, se ha recuperado todo prácticamente. Y, más que una anécdota, forma parte de un sello en la historia de este jardín. No hay mal que por bien no venga. El espíritu de superación siempre es importante. Las metas que nos marcamos son altas, como las águilas, intentamos remontar y con nuestro vuelo sacarlo adelante.
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