«Lobopodio» redirige aquí. Para el grupo de animales emparentado con los artrópodos, véase
Lobopodia.
Un pseudópodo o seudópodo[1] (del griego ψευδός, pseudós, «falso» y πούς, poús, «pie») es una prolongación del citoplasma de algunos organismos unicelulares tales como las amebas, que los utilizan para alimentarse o desplazarse.
Los pseudópodos se extienden y se contraen mediante el ensamblado reversible de subunidades de actina en microfilamentos. Cuando los filamentos se extienden cerca de la superficie de la célula empujan a la membrana plasmática y producen un abultamiento que es rellenado por el citoplasma. Los filamentos de actina se contraen por su interacción con coluculan de miosina, lo que provoca una vaginacion
- Locomoción. Los seudópodos constituyen uno de los tres modos de la locomoción de los organismos unicelulares (junto con flagelos y cilios). Muchas amebas se mueven generando un gran pseudópodo en la parte delantera de la célula, a la vez que el citoplasma se retrae por la parte posterior. El proceso se repite sucesivamente y la ameba avanza. Otras amebas extienden y contraen varios pequeños seudópodos que en contacto con el sustrato permiten que el organismo se desplace «caminando».
- Alimentación. Los seudópodos pueden rodear el alimento hasta encerrarlo en una vacuola (fagocitosis). Cuando los filamentos se contraen, provocan una invaginación de la membrana plasmática y una depresión en el citoplasma que el organismo puede utilizar para englobar a las partículas de alimento. La fagocitosis se presenta en diversos grupos de protistas, pero también en algunas células de organismos pluricelulares, como los fagocitos presentes en la sangre y otros tejidos animales.
Los pseudópodos pueden ser de varios tipos según su aspecto:
- Filopodios: más finos y con los extremos terminados en punta, consistiendo principalmente en ectoplasma. Estas formaciones se apoyan en microfilamentos.
- Reticulopodios: también conocidos como seudópodos reticulados, en donde los finos seudópodos individuales se amontonan entre sí y forman una red irregular en el exterior del protozoo. Se presentan, por ejemplo, en cloraracniofitas y foraminíferos.
- Axopodios: son seudópodos rígidos, finos y largos. Están sostenidos interiormente por una varilla axial (que recorre el largo del seudópodo) formada por complejos grupos de microtúbulos y envuelta por el citoplasma. Se observan en radiolarios y en heliozoos.
Adicionalmente, se distinguen tres tipos particulares de los anteriores.[2]
- Lamelipodio: es un lobopodio plano (laminar).
- Granulorreticulopodio: es un reticulopodio que contiene gránulos en su citoplasma.
- Subseudópodos: son pequeños pseudópodos que se originan en la superficie de un pseudópodo mayor.