Un homenaje a la contribución de las personas de color a la cultura popular brasileña. Las palabras de la jovencísima rapera MC Soffia, de 12 años de edad, dieron voz al empoderamiento de las mujeres en su canción "Pequeña niña negra". Junto a ella, en el escenario, estuvo Conka, otra estrella del rap brasileño que ha recorrido el mundo entero con su hip-hop.
Conflicto
Este segmento de la ceremonia estaba diseñado para llamar la atención sobre la intolerancia en el mundo. Las tensiones fueron aumentando sobre el escenario, como si fueran pequeñas disputas entre grupos de bailarines, recordando a las populares fiestas brasileñas.
La banda sonora iba incrementando el ritmo con la banda sonora de Treme-Treme, de Gang do Eletro, que mezclaba bailes tradicionales, como el Maracatu del estado de Pernambuco y las espadas de Cruz das Almas, que terminó convirtiendo el estadio entero en un frenesí de tirmo y color.
Un país tropical
La apoteósis llegó con 1.500 bailarines en el escenario al ritmo del archiconocido "Un país tropical", el típico baile de Madureira. Una fiesta en Maracaná, como es la fiesta que se hace desde hace 20 años debajo de un viaducto en la zona norte de Río.
Cuatro enormes manos hinchables se alzaron en la Ciudad de las Cajas. Diseñadas por Deco Farkas, el grafitero de Sao Paulo, que también creó para este momento una gallina inflable, una referencia a la película más famosa de Brasil: La Ciudad de Dios.
La música no paró en Maracaná, con 500 artistas en el escenario bailando la coreografía de "el baile del alma", que previamente se había enseñado al público para que acompañaran a los bailarines. Un baile inspirado en los que se hacen en el viaducto del norte de Río los sábados por la noche. Un baile que culminó con espectaculares fuegos artificiales mientras los artistas abandonaban el escenario.
Era tiempo ahora de hablar del planeta. En las pantallas se mostraban unas modelaciones de la NASA de las alarmantes tasas de dióxido de carbono que se emiten al planeta.
Un niño solitario se perdía en el escenario en un laberinto de 62 torres de espejos. Mientras busca la salida, los espejos reflejan ser un paisaje incoloro de miles de edificios. "Estas torres se parecen mucho a los edificios del centro de cualquier ciudad en el mundo, es un símbolo del capitalismo. Y vamos a romper esto, queremos una ruptura, una transformación ", dijo Daniela Thomas, directora de la ceremonia.