Tony Blair, George Bush y José María Aznar.
(Foto:IGADI)
En el documento titulado “América Latina. Una agenda de libertad”, presentado el 4 de abril en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) , José María Aznar fija la doctrina que, a su juicio, deben seguir los partidos políticos latinoamericanos de cariz conservador y democratacristiano; es decir, el combate sin tregua a todos aquellos a quienes considera los enemigos de Occidente.
No se puede decir que el ex jefe de gobierno de España sea un hombre poco inteligente. Sin embargo, en su deseo de abarcar a todo aquello que entorpezca el establecimiento de la política neoliberal y neocolonial, mezcla al mayo francés (1968) con el indigenismo, hablando de tiempos idos y de populismos fanáticos y religiosos, viendo en América Latina acercamientos con el islamismo.
Mónica Alvarez (especial para ARGENPRESS.info)
Aznar define a la comunidad iberoamericana como una de afecto y de historia, de relaciones y de proyectos comunes de la que España forma parte. Comunidad que “es parte de una familia más amplia. Tenemos la fortuna de pertenecer a una realidad que se ha decantado a lo largo de los siglos y que llamamos Occidente.”
Continúa diciendo: “Occidente está basado en una idea de la persona, como ser libre y responsable, titular de una dignidad inalienable y de unos derechos fundamentales previos a lo político. Es un sistema de valores y principios que se basan en esta idea cardinal. De ahí se deriva que sólo un régimen político que respete esos derechos y libertades se pueda considera legítimo.
Por eso, ... pertenecemos, por nuestra común historia iberoamericana, a Occidente. Y por eso también sólo podemos considerar legítimo un sistema político que respete y garantice esas libertades y que se base en la democracia.”
Al desplazar el eje de América Latina con estados soberanos e independientes a la comunidad iberoamericana de la cual España también es parte, se arroga el derecho, cual nuevo virrey, de dictar las ideas cardinales aceptables al estado español.
Uno de los diagnósticos que expone la FAES sobre América Latina es la falta de seguridad jurídica y el 'quebrantamiento del estado de derecho', además de que, añade, 'la libertad de expresión también está amenazada en la región por las actuaciones que van desde la utilización discrecional de la publicidad, a métodos menos sutiles como la censura y la persecución de algunos periodistas y medios opositores a los gobiernos de turno'.
Lamentablemente, esos “métodos” a los que hace referencia son los que lo llevaron a la pérdida electoral luego del 11-M por intentar una maniobra estratégica que de resultar, le permitiría desembarazarse del ETA.
FAES ha tratado a puertas cerradas en su reunión de trabajo las estrategias a seguir en América Latina. Este informe se incorporará al documento final que José María Aznar presentará este año sobre la situación política y social de Iberoamérica; incluirá un análisis de sus principales riesgos y amenazas, así como las políticas para avanzar en la senda del futuro democrático y la libertad.
El encuentro es otro paso más de FAES sobre cuál debe ser el futuro y los planteamientos idóneos para que Iberoamérica prosiga por la senda del bienestar y el progreso.
El encuentro o “cumbre de trabajo” de Madrid ha contado con la participación de personalidades de diez países. Miguel Angel Cortés, ex secretario de Estado para Iberoamérica y diputado es el coordinador de la reunión. También han estado presentes por parte de los anfitriones, el secretario general de FAES, Javier Fernández-Lasquetty, Jorge Moragas, secretario de Relaciones Internacionales del PP; Gustavo de Arístegui, portavoz de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Alberto Carnero, director del Area de Internacional de FAES, y José Herrera, director adjunto de Internacional de la fundación.
La delegación de invitados extranjeros está encabezada por representantes de partidos políticos, think tanks, universidades y otras instituciones económicas y sociales. Entre ellos, el mexicano Manuel Espino, presidente del Partido de Acción Nacional (PAN), Julio Borges, que fuera candidato a vicepresidente de Venezuela en la candidatura de oposición a Hugo Chávez que encabezada por el gobernador Manuel Rosales en las elecciones del pasado mes de diciembre, el brasileño Roberto Brant, director de Asuntos Internacionales del Partido del Frente Liberal y Hugo Sarmiento, vicepresidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), una institución financiera multilateral integrada por 17 países de América Latina, Caribe y Europa. Entre las fundaciones que asisten a la cita figuran la alemana Konrad Adenauer, la colombiana Víctimas Visibles, la argentina Fundación Pensar, la norteamericana Atlas Economic Research Foundation y el Instituto Republicano Internacional; asimismo, también participan representantes del colectivo académico, como las universidades Sergio Arboleda, de Colombia, y la Andrés Bello, de Chile.
A ellos les han participado de las propuestas que, finalmente, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales presentará a mediados de año.
El informe reafirma la condición occidental de América Latina enunciada por Aznar. Plantea una encrucijada con dos caminos a optar: la apertura al mundo o, por oposición el camino que aleja de esas sociedades abiertas, libres y prósperas. No deja de mencionar la nomenclatura vacía pero de rigor: respeto por las libertades individuales y el fortalecimiento del Estado de Derecho. El respeto es la base para el avance de una sociedad pero quienes no lo practican mal pueden ofrecer moralinas.
La xenofobia y la injerencia en los asuntos de estado se han hecho presentes en esta cumbre.
El indigenismo es definido como “racista que siembra la división social agudizando los problemas existentes”. Es para América Latina lo que el nacionalismo es para Europa.
España no puede aceptar esta amenaza populista, “de regímenes autoritarios y represivos que conlleva el neoestatismo o el nacionalismo radicales ... la vuelta a cierta arcadia precolombina, colectivista e igualitaria, es una de las ilusiones de esta izquierda latinoamericana. ... El contagio del lenguaje populista no hace ningún bien a los intereses de empresas, ni a nuestro prestigio ante los socios europeos, ni ante otros latinoamericanos que se esfuerzan por salir del caudillismo y el populismo.”
Una de las preocupaciones mayores de la FAES es, precisamente, la debilidad de los partidos y los mandatos presidenciales que no llegan a su fin proyectando la desconfianza civil en las fuerzas políticas como canales de participación que se vive actualmente en todo el mundo, como fenómeno único latinoamericano producto de democracias inmaduras. Y esta precupación se entiende puesto que es intención de este grupo la presentación de trabajos que aborden la disciplina presupuestaria, la apertura de mercados, y los beneficios de la celebración de los Tratados de Libre Comercio.
La idea que Latinoamérica tenía un dueño, generada por Blair, Aznar y Berlusconi en 2003, se refuerza a partir de esa fecha y pareciera que, España se cree nombrada, siempre presente como un regente a la hora del banquete, siempre rápida en enarbolar “la madre patria”. Luego de los informes sobre el medio ambiente I y II, es acuciante para España lograr ascendiente sobre aquellos que fueron en su momento sus colonias para tener una opción en la carrera por el agua.
Sea como fuere, existen leyes contra grupos nacionales o minorías y también contra la asociación ilícita y la apología del crimen. José María Aznar y FAES, incluyendo a sus adherentes, son sujetos de derecho calificados dentro de la definición de estas normas. Es en función de ello que, el Estado Español, debiera llamar a Aznar y Cía, exigirle una disculpa a los países, a los pueblos latinoamericanos y a sus mandatarios. En segundo lugar, el sistema judicial debiera iniciar una causa criminal por las razones expuestas por Aznar y la misma FAES.
ARGENPRESS.info/15/04/2007