Pacheco Yanguas, Joaquín. Valencia, 27.VII.1855 – 10.III.1925. Teniente general y caballero Laureado de San Fernando.
Fueron sus padres Joaquín Pacheco Colás, jefe económico de la provincia de Valencia, y Ninfa Yanguas Ortega. Ingresó en la Academia de Infantería en 1874, tomando parte en la Tercera Guerra Civil al término de sus estudios.
En enero de 1884 fue destinado a Puerto Rico, donde sirvió en el Batallón de Cádiz y en el Cuerpo de Orden Público, y ejerció el cargo de representante de la Caja General de Ultramar. En 1890 fue ascendido a capitán y en 1895 alcanzó el empleo de comandante, siendo destinado a continuación al Batallón Provisional n.º 3 de Puerto Rico.
Pasó en 1897 a servir en Filipinas, donde ocupó vacante en el Batallón de Cazadores Expedicionario n.º 6. Hallándose en 1898 de jefe militar de Tayabas (Luzón), sufrió el ataque del enemigo, preparando la defensa con cuantas obras de fortificación pudieron hacerse y destruyendo el poblado paulatinamente y según lo iban exigiendo las necesidades de la defensa, que acabó por circunscribirse, por falta de defensores, a únicamente cinco edificios. Las fuerzas disponibles eran un jefe, veintidós oficiales y 448 individuos de tropa, y como no existían factorías ni repuestos, ni siquiera pólvora, no pudieron utilizarse 34 cañones que había en la plaza, por lo que fueron clavados, siendo preciso, para que los víveres durasen el mayor tiempo, que la ración de carne se limitase a treinta gramos por persona y que se sacrificasen los caballos de los oficiales, quedando la guarnición, por último, obligada a alimentarse exclusivamente de arroz y agua, lo que ocasionó muchas bajas. Los sitiadores no bajaron nunca de ocho mil con fusiles y unos siete mil con armas blancas, más quince cañones en primera línea y otros varios en la segunda, que llegaron a disparar, según propia manifestación de los sitiadores quinientos mil cartuchos, trescientas balas de cañón y veintidós bombas de dinamita. Durante todo el asedio se mantuvo un fuego casi continuo, desde el 24 de junio al 16 de agosto, lográndose una heroica defensa y una capitulación que dejó muy alto el honor de los españoles. El comandante Pacheco permaneció prisionero hasta el 21 de octubre de 1898, día en que consiguió huir. Su heroico comportamiento fue recompensado con el empleo de teniente coronel por méritos de guerra y con la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, Laureada, que le sería concedida por Real Orden de 18 de marzo de 1901.
A su regreso a la Península fue destinado a la zona de Játiva, quedando en situación de reemplazo en 1901 y pasando al año siguiente al Regimiento de Vizcaya, de donde en 1904 se le trasladó al de Guadalajara, un año más tarde al Ministerio de la Guerra en comisión de servicio y, en 1908, al Consejo Supremo de Guerra y Marina.
En 1909 fue ascendido al empleo de coronel y se le concedió el mando del Regimiento de Guadalajara, con el que combatió en Marruecos. Este destino lo desempeñó hasta su ascenso a general de brigada en 1913, momento en el que fue nombrado jefe de la 2.ª Brigada de la 5.ª División y gobernador militar de Castellón. En 1918 fue ascendido a general de división y nombrado gobernador militar de Mallorca, pasando tres años después a la situación de reserva en la plaza de Valencia y siendo en 1923 promovido al empleo de teniente general. Estuvo casado con Rita Santana Cebollero.
Obras de ~: Filipinas: impresiones, notas y memorias de un prisionero, c. 1911.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. P-51.
J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez